LUCIA HARARI
Palitos de la selva / Cartas de amor
Lápiz y zoofilia sobre papeles de carta que coleccionaba en la infancia
Sobornada por la ansiedad, entró en la penumbra. Tanteando descubrió el calor de un cuerpo. Una respiración calmada la incentivó a tocarlo sin miedo. El cuerpo siguió inmóvil. Quiso acariciar el pelaje extenso. Bajo y subió en longitudes inciertas. Sin buscar más rumbo que el contacto de su mano inquieta con ese cuerpo. La respiración y el tacto se aceleraban solos. Se sentía confundida. Dejó que su cuerpo fuera posándose lentamente sobre la voluminosa masa oscura. La mano se abría suavemente, dirigida por capricho al encuentro de un miembro tosco y rígido. Lo apretó con fuerza y el cuerpo se agitó. Dejó que se amoldaran hasta penetrar en la humedad creciente. Un charco de placer se expandía. Se restregaban chapoteando entre líquidos humeantes. El último espasmo de placer quedó ahogado por los relinchos. Paula Brecciaroli 2010